El pasado fin de semana decidimos volver con unos amigos a uno de nuestros lugares favoritos de la Sierra de Grazalema: el río y la laguna de Campobuche. El río iba bajo de agua, pero la laguna, debido al azud que la retiene, estaba en pleno esplendor. Lo más parecido al paraíso terrenal.

Se acercan los calores y la temporada montañera va tocando a su fin. Nada mejor que terminarla visitando dos de nuestros lugares de ensueño en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema: la laguna de Campobuche, junto a la localidad que da nombre al Parque, y próximamente el tradicional cierre de “baño, gambas y cava en el río Tavizna”, junto a la localidad de El Bosque.

Campobuche es una explosión de sensaciones. El río que nace junto a Villaluenga del Rosario, también conocido como Gaduares o Guadares, forma una bella y exótica laguna que se ve favorecida por la existencia de un azud para el fallido embalse de Montejaque.

Es rara la primavera en la que no surquemos el Campobuche en dos o tres ocasiones. Se trata de una zona de bosque donde predominan alcornoques y quejigos, al encontrarnos en una zona geológicamente dominada por la roca arenisca, una excepción en la sierra gaditana, de formación kárstica.

La riqueza y variedad morfo-geológica, vegetal y faunística hace el viaje mucho más interesante. Recias moles areniscas; quejigos y alcornoques de hermoso porte; bellos ranúnculos acuáticos que engalanan el curso del río, junto a orquídeas silvestres y flores de hermosos colores; multiud de anfibios, entre ellos la ruidosa «Hyla meridionalis«, nos acompañan a lo largo del recorrido hasta la Laguna de Campobuche, un oasis de paz y silencio, donde no puede faltar un buen chapuzón.

Jesús y Arantza han realizado este bello reportaje fotográfico de un territorio único y mágico. Que lo disfrutéis.

Anfibios

Insectos

Vegetación. Las flores.

Fotos de Arantza González y Jesús Oliden.
Antxón Urrestarazu Echániz
Obra bajo licencia Creative Commons