Un conjunto sorprendente de factores climatológicos y geológicos ha provocado que las «carabelas portuguesas» desembarquen en las playas gaditanas de manera masiva. Este bello pero tóxico ejemplar, la physalia physalis, viene a ser una especie de reencarnación del mito de la «bella y la bestia».

El poeta Rainer Maria Rilke ya nos advirtió de la proximidad entre lo bello y lo siniestro. El contacto humano con este bello ejemplar, también conocido como botella azul o falsa medusa, resulta tóxico y relativamente peligroso, origina urticaria, mareos y vómitos, y su veneno puede causar graves lesiones. No es para tomárselo a broma.

Como de manera graciosa nos cuenta en la playa Victoria de Cádiz José María, natural de Arcos de La Frontera, pero surfero de la vecina playa de Santa María del Mar, una conjunción de factores climatológicos y geológicos está en el origen de este desembarco masivo en las playas y costas gaditanas de las carabelas portuguesas.

Antxón Urrestarazu Echániz

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