Leí hace unos días un bonito reportaje sobre las escaleras en entornos naturales más espectaculares del mundo, y me encontré en la lista la llamada “Escalera Viacrucis” de San Juan de Gaztelugatxe, situada entre las localidades de Bermeo y Bakio, y en un entorno realmente fantástico. Me vino a la cabeza inmediatamente esa canción que siempre ha estado entre mis favoritas: “Starway to Heaven”, del legendario grupo rockero de los 70 Led Zeppelin. Siempre se ha dicho que la letra de la canción escondía un claro contenido satánico, pero lo cierto es que, si os acercáis a este bello rincón del litoral bizkaino, viviréis sensaciones divinas.

 

“And she’s buying a stairway to heaven”, decía la letra de la canción que compusieron Jimmy Page y Robert Plant en 1970, y en la que se habla de una mujer a la que muchos identifican con la “reina de mayo”. Todo un misterio y, en cualquier caso, una canción asombrosamente bella.

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La otra escalera, la de San Juan de Gaztelugatxe, es también una preciosidad natural y arquitectónica que no nos traslada hasta el “más allá”, sino a una antigua ermita situada en lo alto de un promontorio de 80 metros de altura, una antigua isla unida a tierra firme por un curioso puente de dos ojos. Para llegar a la ermita, dedicada a San Juan, es necesario trepar por los 231 escalones en zigzag que se elevan por la rocosa ladera. Pertenece al municipio bizkaino de Bermeo, un bello puerto pesquero del litoral cantábrico.

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Como no podía ser menos, si atendemos al mágico y misterioso entorno paisajístico que nos rodea, la historia de la ermita está llena de ritos y leyendas; se cita su origen templario allá por el siglo X, convertida posteriormente en hospedería y albergue para peregrinos, pasando por las mil y una aventuras bélicas en torno al islote; se cuenta que fue un bastión de resistencia de 7 caballeros bizkainos que hicieron frente y derrotaron al monarca Alfonso XI, y que los piratas y corsarios merodeaban frecuentemente en su entorno. Pero quizás la leyenda más oída sea la relativa al desembarco de San Juan en Bermeo y su posterior caminata hasta el peñón, como consecuencia de la cual dejaría grabadas tres claras huellas, la última de las cuales sería la que podemos contemplar en el último escalón de ascenso a la ermita. Otras huellas o huecos de la escalera pertenecerían también, según la leyenda, a San Juan, de modo que colocar los pies  u objetos personales en dichos huecos tendría efectos curativos.

El espectáculo de las olas rompiendo contra la majestuosa roca en días de tormenta marina,  la vista desde la cima de la costa bizkaina y la fuerza de su mar, y el mágico ascenso, no exento de esfuerzo, por la calzada zigzageante y sus 231 escalones, os van a provocar excitantes sensaciones. No sé si os llevarán al cielo de Led Zeppelin, pero la experiencia tiene su toque celestial. Y si escucháis la canción, ni os cuento.

¡Escuchad Stairway to heaven!

 

Antxon Urrestarazu Echániz

Obra bajo licencia Creative Commons

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