Euskádiz nos hemos ido a navegar por la Bahía gaditana. Capitaneados por Jesús Oliden y partiendo del Viento de Levante, nos hemos echado al mar para pasar una jornada a bordo, contemplar la bella ciudad trimilenaria desde el mar, disfrutar de las vistas incomparables de sus murallas y sus jardines, de La Caleta y el Castillo de San Sebastián, y finalizar con unos chapuzones entre aguas transparentes.

«E la nave va».

Partimos del coqueto Náutico Viento de Levante, un lugar popular y entrañable junto a la barriada de La Paz, punto de encuentro de pescadores y amantes del mar.

Saliendo de puerto.

Nos sale al encuentro la gran mole del nuevo puente de Cádiz, una espectacular obra de ingeniería del navarro Javier Manterola que será inaugurada próximamente.

El nuevo puente de Cádiz.

El puente de Cádiz del navarro Manterola.

Vistas desde el mar. La Alameda Apodaca y La Caleta.

La navegación transcurre a lo largo de dos de nuestros rincones gaditanos favoritos, la Alameda de Apodaca, el jardín que  cuelga al mar, y el entorno del Castillo de San Sebastián y la Playa de la Caleta, la perla gaditana, antiguo fondeadero de naves fenicias, cartaginesas y romanas.

En primer lugar nos encontramos con el bello perfil de la Alameda Apodaca y el Parque Genovés, con el Baluarte de la Candelaria y la Iglesia del Carmen actuando de frontera entre ambos jardines.

La Alameda Apodaca y el Parque Genovés.

Nos acercamos al Castillo de San Sebastián y Puente Canal, paraíso de las zambullidas de los jóvenes gaditanos.

Castillo de San Sebastián y Puente Canal.

Y nos adentramos hasta la joya de Cádiz, la Playa de la Caleta, con el nuevo perfil de la ciudad que forman la Catedral y el puente de Manterola al fondo.

Playa de La Caleta.

En el otro margen de la Bahía encontramos las urbanizaciones turísticas de El Puerto de Santa María, y cerrando la misma, la turística Rota. En la imagen la playa y urbanización de Valdelagrana en El Puerto.

Playa y urbanización de Valdelagrana de El Puerto.

El chapuzón.

Fueron abundantes los chapuzones para disfrutar de las aguas frescas y transparentes de la Bahía. El calor lo requería.

El chapuzón olímpico de Juan.

Un bañito en La Caleta.

Más de uno decidió combatir la sed y el calor en el mismo agua. De la comida mejor no hablamos para que no nos odiéis. Ya sabéis como se toma Euskádiz estas cosas.

El momento perfecto para un trago.

Los acompañantes.

Además de la compañía de Jesús y Mamen, de Antxón, Juan y Ángel, y de la siempre fiel manzanilla de la Taberna del mismo nombre, curiosas embarcaciones salieron a  nuestro encuentro durante la travesía.

Fotos: grupo Euskádiz.

Antxón Urrestarazu Echániz

Obra bajo licencia Creative Commons

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