Francisco de Ganzaráin fue un cantero y escultor vizcaíno del siglo XVIII que desarrolló una importante labor relacionada con la cantería y la escultura en la provincia de Cádiz. No se tiene gran información al respecto, más allá de la que nos aporta el nunca suficiéntemente reconocido historiador de Zaldivia José Garmendia Arruebarrena. En Cádiz capital tiene una obra singular, el Triunfo de San Francisco Javier, una bella columna jónica rematada con una escultura   mutilada en la Alameda que recibe el nombre de un gaditano de origen vasco: Juan Ruiz de Apodaca. Una obra errante que tiene mucha historia y de la que os contamos sus peripecias.

 

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Francisco de Ganzarain es conocido por sus trabajos de decoración en piedra en diversos templos jerezanos y edificios de El Puerto y Cádiz durante el siglo XVIII. Como nos cuenta José Garmendia, “Ganzarain en Cádiz representa de algún modo y ejemplariza a todos esos canteros vascos que, en cuadrilla, desde Burgos, pasando por Madrid y El Escorial, bajaron a Sevilla y contribuyeron tanto, juntamente con los granadinos, a todo edificio noble en piedra existente, no sólo en la ciudad de la Giralda, sino también en Jerez y Puerto de Santa María”.

francisco-de-ganzarain-euskadizLa obra que más conocemos del cantero vizcaíno es el singular monumento gaditano “El Triunfo de San Francisco Javier”, un monumento errante que ha conocido múltiples odiseas , acerca de cuya autoría pocos cuentan con la información adecuada y que actualmente se encuentra ubicado en la confluencia de la plaza de Argüelles y la Alameda Apodaca de Cádiz.

Los triunfos son obras singulares del barroco andaluz cuyo origen guarda relación con la reforma urbanística emprendida por Sixto V en Roma a finales del XVI, con el objetivo de remodelar y crear nuevas plazas en cuyos centros se situarían obeliscos y columnas con advocaciones, siendo Andalucía la única región española que seguiría dichas recomendaciones de sacralizar y ornamentar los espacios colectivos, apoyada en el espíritu religioso tan arraigado en el barroco.

San Francisco Javier y Cádiz

La relación del el misionero navarro Francisco Jasso Azpilicueta Atondo, más conocido como San Francisco Javier, el nacido junto al pantano de Yesa y estrecho colaborador del fundador de la Compañía de Jesús, el vasco de Azpeitia Ignacio de Loyola, viene de lejos. Se tiene conocimiento de la gran devoción que sentía por el santo el importante grupo de vascos de Cádiz allá por el siglo XVII. Da cuenta de ello el cuadro existente en el retablo de la capilla que los vizcaínos tenían en la Catedral Vieja en 1633, actual parroquia de Santa Cruz, cuadro que se puede observar en la misma junto a los escudos de las provincias vascas.

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En 1706 fue declarado compatrono de la ciudad de Cádiz, acto muy relacionado con la comprometida situación de las Flotas a Indias y el riesgo al que se sometían los galeones cargados de ricas mercancías, cuyo arribo estaba sujeto a mil y una peripecias. Ya anteriormente había sido nombrado compatrono de El Puerto (1680) con ocasión de una epidemia asoladora en la ciudad. Como dice Garmendia, una suerte de “do ut des” o “deus ex machina”, tan habitual, por otra parte, en nuestros tiempos.

La historia del monumento

La historia del monumento comienza el 7 de dicembre de 1725, cuando el regidor gaditano D. Simón de Villalta pone en marcha las iniciativas para la colocación de una columna de San Francisco Javier en el muelle gaditano, un triunfo  igual a los existentes para los patronos de la ciudad San Servando y San Germán, realizados en 1705 Génova,  y todo ello en pública exposición de reconocimiento por la ayuda que presta el santo ante los peligros de las Flotas.

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El 29 de diciembre de ese mismo año de 1725, otro vasco, el padre Juan de Arana, provincial de la Compañía, agradece el acuerdo adoptado y el 4/9/26 se ordena que se hagan traer los materiales para labrar la columna, así como los pedestales para los santos patronos. Pero demoras de todo tipo  hacen que hasta el 13 de mayo de 1735 no se establezca un primer presupuesto por iniciativa del Rector del Colegio de la Compañía, el padre José de Iturrate.

El 4 de junio de 1735 se cierra el contrato de encargo al bizkaíno Francisco de Ganzarain, actuando como fiador José de Vitoria y en presencia del escribano Fco Fdez de Angulo para la ejecución de la columna, el pedestal y estatua de SFJ, bajo determinadas condiciones que figuran en la escritura, entre las que destaco el compromiso de 8 meses de plazo para su ejecución;  las similares características a los triunfos de los patronos, con la escultura en mármol negro a excepción de cabeza y manos que se ejecutan en mármol blanco.

El Triunfo errante

francisco-de-ganzarain-euskadizLa ubicación inicial fue la Puerta del Mar nueva, junto al muelle gaditano, pero no tardó en iniciar su peculiar peregrinaje hasta la actual entre la Plaza de Argüelles y la Alameda Apodaca. En 1779 ya se le estaba buscando otro emplazamiento y en  1780 se le cambió de ubicación. Tras su derrumbe quedó depositado en el Museo de Bellas Artes, de ahí al Ayuntamiento en 1914 y 7 años después fue entregado al obispo de la ciudad para su colocación en el patio del seminario. En 1928 apareció la columna tirada en el Campo del Sur y fue almacenada en el depósito de San Dimas, de donde saldría por iniciativa de la Academia Provincial de Bellas Artes y sería colocada un 6 de diciembre de 1943 en su actual y , esperemos, definitivo destino frente a las costas de El Puerto de Santa María y Rota, cumpliendo con la original función protectora de navíos que la ciudad le encomendó.

Las mutilaciones y los desperfectos de la escultura son la viva demostración de las peripecias que la escultura hubo de soportar desde su inicial colocación allá por 1735. Sin brazos, sin báculo, un herido en mil y una batallas al estilo de Blas de Lezo.

Una inscripción en el pedestal de la esbelta columna jónica recoge la dedicatoria de la ciudad, en la que se echa en falta el nombre del autor, Francisco de Ganzarain, un paisano de aquellos vizcaínos del siglo XVII que tanta influencia tuvieron en la ciudad por su actividad comercial y benefactora, y que dejó su huella en estas tierras gaditanas con la realización del triunfo errante de San Francisco Javier.

“SE ERIGIO POR UOTO DE ESTA CIVDAD DE CADIZ ESTA COLUNA Y ESTAVUA A S.N FRAN.COXAUIER APOSTOL DE LAS YNDIAS COMO A VNO DE SVS PATRONOS. AÑO DE 1735. JHS.”

Fuentes:

Vascos en Cádiz. Siglos XVII-XVIII. José Garmendia Arruebarrena. Grupo Doctor Camino. C.A.M.

Los triunfos andaluces: un singular de las escultura barroca española. Raquel Novero Plaza. U.A.M.

Triunfo de S. Francisco Javier. Cadizpedia.

Antxon Urrestarazu Echániz

Obra bajo licencia Creative Commons.