En uno de los entornos más bellos y agrestes de la Sierra de Grazalema, rodeado de las impresionantes moles kársticas del Caíllo y de Líbar, y muy cerca de los Llanos del Republicano, se encuentra uno de sus rincones más idílicos y solitarios, un auténtico remanso de paz: la Casa de los Pinsapos.

Nos hemos acercado a uno de los lugares más bellos del P.N de la Sierra de Grazalema. Situado en un paraje natural kárstico y agreste, típico del Parque, pero con una abundante vegetación, se encuentra un rincón escondido y mágico, un remanso que invita a la meditación y la armonía espiritual. Se trata de la Casa de los Pinsapos.

Villaluenga del Rosario es el pueblo más pequeño y más alto de la provincia de Cádiz, pero esconde infinidad de atractivos que os hemos venido contando en nuestro Blog. Es territorio del Karst y de las grandes moles calizas, un paisaje inconfundible y característico del P. N. de la Sierra de Grazalema.

Tras atravesar el impresionante poljé de los Llanos del Republicano y ascender la primera parte del Puerto del Correo, giramos a la derecha para recorrer un pequeño y cómodo sendero que parte del Refugio del Correo y llega hasta el antiguo Refugio de los Navazos de Líbar, conocido también como la Casa de los Pinsapos. Se trata de uno de los recorridos más bellos de la Sierra de Grazalema, un paseo idílico entre roquedos, encinas y matagallos, una inmersión en un entorno de paz y silencio sólo interrumpido por el canto de los pájaros.

El Refugio del Correo, aunque en precario, está abierto y cuenta con un pequeño aljibe que se utiliza para dar de beber al ganado de la zona. Un buen lugar para hacer una paradita y disfrutar del hamaiketako.

Una de las joyas más valiosas del Parque Natural es el bosque de Pinsapos de la Sierra del Pinar, una especie endémica de estas sierras, una reliquia de los bosques de coníferas del Terciario. Cuentan las leyendas locales que, bien un antiguo guarda, bien un antiguo director del P. N. de la Sierra de Grazalema, plantó un importante número de Pinsapos en torno a la casita del Refugio de los Navazos de Líbar hace aproximadamente 30 años. Hoy en día han alcanzado un bello porte y han dado nombre al edificio, conocido entre los lugareños y senderistas como la Casa de los Pinsapos, un lugar silencioso y acogedor en un bello paraje natural, no exento de magia y misterio. El edificio permanece cerrado, y cuenta también con un pequeño aljibe para el ganado.

De regreso a Villaluenga, podemos disfrutar de las bella estampa de los Llanos del Republicano y las Sierras de Peralto y del Caíllo. La ruta circular la podéis seguir aquí.

Fotos de Arantza González y Jesús Oliden.
Antxón Urrestarazu Echániz
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