Una ruta por uno de los entornos naturales más espectaculares de la sierra de Cádiz para conocer, dado el carácter kárstico de los montes que la conforman, los ancestrales sistemas de almacenamiento de agua de lluvia. Se trata de los aljibes de Ubrique y Villaluenga. Hoy conoceremos los primeros.

La sierra de Cádiz es uno de los entornos naturales con mayor índice pluviométrico de la península. En concreto Grazalema, una de las localidades serranas, recibe una media anual aproximada de 2200 l/m2. El carácter kárstico de los montes que conforman el Parque Natural de la Sierra de Grazalema impide que las aguas sean retenidas en superficie, filtrándose a través de las rocas, y dando lugar a importantes acuíferos subterráneos que afloran en lugares insospechados. También debido a ello, son innumerables las impresionantes simas y cuevas que se han creado a largo de los siglos, para deleite de los amantes de la espeleología. Hace unos días visitamos dos de las más importantes: la Pileta y la Cueva del agua, cerca de Benaoján.

Pero el filtrado del agua tiene consecuencias negativas para los ganaderos de la sierra, en especial durante los meses calurosos. Es por ello que se vieran obligados a intentar retener y conservar el agua de lluvia mediante la construcción de estructuras hidráulicas simples, como es el caso de los aljibes. En los campos existentes entre las localidades de Villaluenga del Rosario y Ubrique, podemos encontrar un buen número de ellos, algunos restaurados hace unos pocos años.

Hoy os mostraremos la ruta de los aljibes de Ubrique.

1. El entorno.

Situados en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, las vistas que se disfrutan durante la ruta de los aljibes son espectaculares: la Sierra del Pinar y su pico El Torreón (1654 m), la Sierra del Caíllo y su pico del Navazo Alto (1.395 m), la Sierra de la Silla y sus picos en forma de montura, la ciudad romana de Ocuri, el Castillo de Aznalmara, o el Salto del Cabrero. Todos ellos auténticos iconos de la sierra de Cádiz. También disfrutaremos de preciosas panorámicas de las localidades serranas de Benaocaz y Ubrique, en este caso, desde el precioso mirador natural del cerro de los Batanes, con su espectacular falla caliza del Saltadero.

2. Los aljibes.

Se trata de depósitos semi-enterrados de distintas dimensiones, alimentados mediante pequeñas cuencas de captación de aguas, así como de canaletas y bajantes de los tejados de edificios cercanos y de los que los albergan. Su toponimia está normalmente relacionada con su situación o con elementos que los rodean, sean cerros o árboles cercanos, en su mayoría nogales, y nunca existe una sola forma de nombrarlos.

3. Nuestros acompañantes.

A lo largo de nuestra ruta, innumerables buitres leonados sobrevuelan nuestras cabezas, para posarse después con bellas acrobacias en alguno de los los muchos nidos situados en las pequeñas cornisas de la enorme falla del Saltadero, también conocida como La Merga. Y algunas asustadizas cabras monteses se cruzan en nuestro camino, no sin antes posar coquetas para la cámara de Arantza.

La ruta, y cómo llegar. 
La ruta comienza en el área recreativa del Cintillo, entre las localidades de Benaocaz y Villaluenga del Rosario. Desde aquí parte una empinada pista hormigonada (camino de Aguanueva) que lleva hasta la falla del Saltadero. Un pequeño sendero y una angarilla situada en el conocido como «portillo de los contrabandistas», nos lleva a la Sierra Baja de Ubrique, donde se encuentran nuestros aljibes. Ver ruta.

 

Fotos de Arantza González.

Antxón Urrestarazu Echániz

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